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Inicios de la regulación farmacéutica en Chile

 Afiche de difusión de las campañas de prevención del tifus exantemático impulsadas por la DGS, c. 1939

A fines del siglo XIX, la salud traspasó los muros de los hospitales para comenzar a instalarse en la vida cotidiana de los hogares. La urbanización y la industrialización transformaron los hábitos de cuidado: los remedios caseros y las preparaciones artesanales de antaño fueron reemplazados por fórmulas estandarizadas, producidas en laboratorios y promocionadas en la prensa. Su venta en farmacias y boticas abrió nuevas posibilidades de acceso a la salud, pero también generó incertidumbre respecto de su autenticidad, seguridad y eficacia. En este contexto, se hizo evidente la necesidad de una regulación que fijara los marcos técnicos y normativos de la industria farmacéutica.

Creada en 1918, la Dirección General de Sanidad (DGS) fue una institución clave en el desarrollo y aplicación de políticas de control sanitario en Chile. Entre las décadas de 1930 y 1950, tuvo a su cargo la fiscalización de la producción, importación y comercialización de medicamentos, actuando como mediadora entre los intereses públicos y privados que tensionaban este mercado. Su labor –que a partir de 1952 fue asumida por el Servicio Nacional de Salud– contribuyó a fortalecer el papel del Estado como garante del bienestar colectivo.

Resoluciones sanitarias

El fondo documental de la DGS, custodiado actualmente por el Archivo Nacional de la Administración (Arnad), permite observar en detalle los procedimientos administrativos que sustentaron esta regulación. Especialmente importantes a este respecto fueron las resoluciones sanitarias, que se convirtieron en el instrumento estándar para autorizar la fabricación, importación y circulación de medicamentos en Chile. Según se observa en los expedientes, para obtener una resolución era necesario completar un formulario oficial, pagar una estampilla fiscal y presentar las etiquetas originales del producto junto a muestras físicas y documentos que acreditaran su composición química. Tales exigencias apuntaban a garantizar la trazabilidad del producto, validar su composición química y revisar que el material promocional fuese preciso y veraz.

En la actualidad, las resoluciones sanitarias siguen siendo instrumentos esenciales para la aprobación de alimentos, cosméticos, productos de higiene y, por supuesto, medicamentos. Su vigencia demuestra que la regulación no es simplemente un asunto burocrático, sino una herramienta clave para construir bienestar, legitimidad y confianza en la sociedad moderna.

 

Descarga el artículo completo “Inicios de la regulación farmacéutica en Chile: la Dirección General de Sanidad (1931-1952)”, por Felipe Martínez.