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El despertar de los sonidos diaguitas

Flautas arqueológicas de la cultura diaguita

El Museo del Limarí conserva seis flautas arqueológicas atribuidas a la cultura diaguita (1000-1545 d. C.). Cinco de ellas son de piedra, mientras que la sexta es de cerámica. Fueron encontradas en la zona de la actual ciudad de Ovalle, en el valle del Limarí, y en el sitio La Marquesa, en el valle del Elqui. Aunque algunas presentan un diseño muy simple e intuitivo, otras tienen formas y detalles sumamente enigmáticos, que dificultan la interpretación de su propósito y técnica de ejecución.

Con la colaboración de tres músicos de bailes chinos y del equipo del Museo del Limarí, el musicólogo José Pérez de Arce llevó adelante un estudio dirigido a «sacar sonido» a estas antiguas flautas. El trabajo incluyó un análisis de las formas, modos de confección y diseño acústico de las piezas, a la luz del contexto social y cultural en el que fueron concebidas y utilizadas. A lo anterior se sumó un experimento inédito: los tres intérpretes examinaron y tocaron las flautas, primero por separado y luego en conjunto. Sus reacciones arrojaron valiosas pistas de cómo buscar en cada objeto la intención original de quien lo fabricó.

Un pasado sonoro vibrante y multicolor

Las seis flautas analizadas representan una pequeña muestra del gran desarrollo musical que alcanzó el pueblo diaguita. Durante el período inca se intensificó el contacto con las sociedades vecinas, produciéndose un intercambio cultural nunca antes visto. Ovalle se transformó en un centro de importancia, y las fiestas alcanzaron dimensiones extraordinarias, combinando rituales, ferias y actos políticos, sociales y artísticos. Dentro de este contexto, los diaguitas conocieron nuevos instrumentos y estructuras sonoras, y las competencias musicales debieron alcanzar niveles de complejidad sin precedentes.

En esta circulación de músicas, las flautas cumplieron un papel principal. Particularmente, las de piedra debieron ser instrumentos selectos, destinados a durar por generaciones. Si bien la confección de flautas líticas constituye un fenómeno extraño dentro de la organología mundial, las culturas andinas consideraron la piedra como un material cargado de poder, por lo que su empleo pudo responder a una búsqueda de ciertas propiedades especiales.

Por su parte, la flauta cerámica de la colección se distingue no solo por ser la única de este material sino también la única de forma globular encontrada hasta la fecha en territorio diaguita. Desarrollado por los incas (1100-1500 d. C.) en la zona de Cusco, este tipo de flauta se rige por el principio de la digitación simétrica, que permite tocar con ambos dedos pulgares.

Permitido tocar

Dado que los bailes chinos conservan una estética heredada de las músicas locales prehispánicas, se consideró la experiencia de estos músicos como la más adecuada para interpretar las flautas estudiadas. Los “chinos” invitados fueron Juan León, de Andacollo,  reconocido ejecutante de flautas locales; Jimmy Campillay, de Vicuña, músico y fabricante de flautas tradicionales; y Claudio Mercado, “chino” del Aconcagua y antropólogo.

Durante el experimento, cada flauta mostró cualidades diferentes: unas dieron sonidos agudos y penetrantes, y otras, sonidos más graves; algunas permitieron tocar dos o tres notas simultáneas, o bien hacer rápidos sonidos compuestos. Al final, los ejecutantes probaron a tocarlas todas juntas, lo que produjo un ambiente sonoro complejo e intenso, desatando una profunda emoción entre los participantes: acababan de escuchar lo más cercano a la música que escucharon los diaguitas hace más de cinco siglos.

 

Descarga el artículo completo “Los sonidos diaguitas en el Museo del Limarí”, por José Pérez de Arce.