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Colección Etnográfica del Museo Antropológico Martín Gusinde de Puerto Williams

Canasto tipo tawela de forma cuadrada tejido por Úrsula Calderón Harban

Las poblaciones canoeras se remontan a más de 6.500 años AP, cuando grupos de nómades habitaron la zona que comprende desde el sur de la Isla de Tierra del Fuego hasta el Cabo de Hornos, desarrollando un sistema de vida asociado principalmente a la actividad marítima. Estos grupos dieron origen al pueblo yagan, el que aún persiste y resiste los efectos de la colonización y la instalación del Estado nación en esos territorios.

La actual población yagan se localiza principalmente en Puerto Williams y Punta Arenas, y cuenta con comunidades reconocidas por el acervo cultural que mantienen, en el que la cestería, como vehículo de transmisión cultural y de integración transgeneracional, de conservación y transmisión de la lengua, y de la relación con el territorio y maritorio, es fundamental.

El año 2011, el Museo Antropológico Martín Gusinde (MAMG) comenzó un proceso exhaustivo de organización de toda su colección tanto en exhibición como en depósito. A partir de esta surgió la necesidad de realizar un trabajo sistemático con la comunidad yagan de Bahía Mejillones para abordar la cestería presente en la colección etnográfica. Para ello se desarrollaron diversas actividades entre los años 2011 y 2013, que permitieron la producción e ingreso de nuevos objetos a la colección y levantar gran parte de la información que posee el MAMG sobre la cestería yagan, revelando la importancia de un abordaje comunitario para su mejor comprensión y conocimiento.

La colección etnográfica del MAMG cuenta con 47 objetos que han sido identificados como cestería yagan, a partir del proceso señalado anteriormente. Entre ellos se encuentran los siguientes tipos de tejido o canastos: i) Tawela, el más común y transversalmente identificado, con la presencia de 33 objetos en la colección, aunque con diferencias en la técnica al interior de ellos relativas al nombre, las terminaciones y el asa; 2) Keichim, con 5 piezas en el MAGM, se diferencia del tawela porque su confección es a través de nudos en modo de red, también con variaciones internas en la forma del tejido; 3) Uloánastába o čefkā̱́a̱lax̣, con una pieza perteneciente a la colección etnográfica Gusinde, que debe ser estudiada en detalle junto a la comunidad, porque podría tratarse de un tejido tipo “tawela”, pero realizado por una persona zurda; 4) Chiwanúsh o c̈au̱wếnux, también representado por una pieza, que podría ser un tejido no propiamente tal de las fibras de ushkulampi o mápi o junco −materia prima con que se elabora la cestería yagan−; 5) Ulon Steapa o “Vuelta y vuelta”, representado por 5 piezas y que llama la atención porque no se describe gráficamente en las fuentes históricas, destaca por su mayor firmeza y complejidad; y 6) Otros objetos elaborados con junco como sogas, de las cuales existen dos piezas. Vale la pena señalar que las diferencias que se aprecian en las distintas técnicas o canastos se asocian con formas familiares y personales del tejido, que pueden traspasarse generacionalmente.

Estas técnicas reseñadas se encuentran presentes en la memoria de la comunidad yagan y son parte de su hacer. Esto muestra que la cestería yagan es una práctica cultural vigente y dinámica que contiene parte del acervo cultural yagan y permite, a su vez, la transmisión del mismo. La vigencia está fundamentada en la actualidad por la trascendencia de puntos y tejidos identificados en los primeros registros sobre esta práctica, que cultores y cultoras tejen hasta hoy y enseñan a las nuevas generaciones. Lo dinámico se relaciona con las innovaciones en los tejidos y en el hecho de que la cestería congrega a un conjunto de personas yagan, no solo a tejedoras y tejedores, sino que a quienes contribuyen en otras fases del proceso y la viven como un referente de identificación familiar y de sus orígenes yagan.

Por último, es posible plantear que la cestería en su condición material es frágil, ya que está hecha de junco, pero en su condición inmaterial es perenne, porque evidencia la continuidad cultural, se constituye en la metáfora de la relación entre pueblo yagan y sociedad y Estado chileno, y de la resistencia de este pueblo a lo largo del tiempo. Surge así la reivindicación de esa memoria imperceptible, pero fuertemente aferrada al territorio que da vigencia a la cestería y a la cultura yagan, y al rol social del MAMG en su vinculación y respuesta a las dinámicas sociales y culturales en que se encuentra inserto, que han permitido enriquecer su colección y su labor, y cuyo conocimiento aún es necesario profundizar.

[1] Se utilizará yagan, sin tilde en la última “a”, según lo propuesto por Cristina Zárraga (2017) y a la manera en que Cristina Calderón pronuncia el nombre de su pueblo.

Palabras clave: Cestería, resistencia cultural, pueblo yagan, archipiélago fueguino.

Descarga el artículo completo "Lazos de resistencia: cestería yagan y vitalidad cultural en el sur austral" por Gloria Ochoa Sotomayor y Francisca Marticorena Galleguillos.